El viernes a la noche alrededor de las 20:19, si las condiciones meteorológicas lo permiten, el cohete Falcon 9 de Space X, la empresa del magnate Elon Musk, pondrá en órbita el satélite argentino SAOCOM 1B para que comience a recoger datos de la humedad del suelo y tomar imágenes satelitales de una importante área del hemisferio sur.
El principal objetivo del satélite es brindarle al sector agropecuario, a través del INTA, datos precisos y en tiempo real sobre los suelos. El ministro de Ciencia y Tecnología de la Nación, Roberto Salvarezza, destacó a INFOCIELO que el SAOCOM 1B “le va a permitir al agricultor no sólo tener los datos en cuanto a humedad, que es esencial para saber cuándo se siembra, sino también cuándo hay que aplicar los fertilizantes. Esto debería resultar en una mayor productividad, en un incremento de la productividad que tiene hoy en día el campo argentino”.“El satélite estuvo diseñado para su aplicación con el INTA y con el Instituto Nacional del Agua (INA). El paquete de información que recoja lo van a tener disponible el INTA y el INA. A su vez, el INTA lo distribuirá a los productores agropecuarios a través de servicios”, contó Salvarezza.
En el INVAP el equipo de científicos argentinos posa orgulloso con su última creación, el SAOCOM 1B
Gracias a la tecnología de última generación en radares, podrá operar sin interferencias, pese a que en la atmósfera las condiciones climáticas no sean buenas, y mantener su precisión sobre los datos. “Al observar con radares uno se independiza de tener tormentas, nubes, cualquier tipo de problema que interfiera con la visión terrestre”, explicó el ministro quien detalló que “como es una microonda, puede penetrar el suelo hasta una profundidad de 2 metros y desde ese lugar obtener información sobre el nivel de humedad que tiene”.
Más allá de la utilización en el campo de la agricultura, el satélite abre un mundo de posibilidades respecto a la información que recolecta. En estos días, donde los incendios forestales arrasan grandes extensiones del país, es alentadora la noticia de que el SAOCOM 1B podría ayudar a prevenirlos, como así también inundaciones y terremotos. “Con estos datos uno puede armar un mapa de riesgo, y las autoridades de cada provincia saber en qué momento estamos en cuanto a dificultades”, destacó Salvarezza.
Incluso, el Gobierno explora el mercado de imágenes satelitales para comenzar a vender las que tome el SAOCOM 1B, así como distribuír a otros Estados información sobre los suelos. Por su órbita polar, el satélite tomará los datos de varios países, y el Gobierno podría vender los servicios. "Hoy en día una imagen satelital puede estar en el orden de los U$D 3.000, U$D 4.000", indicó el Ministro.
El equipo argentino en la sede de SpaceX. De fondo, el SAOCOM 1B dentro de la cápsula del cohete Falcon 9 que lo dejará en órbita.
Esta semana, el equipo de científicos que viajó a Estados Unidos para ultimar los detalles del lanzamiento finalizó exitosamente las pruebas y simulaciones para determinar su correcto funcionamiento. “El viernes 21 de agosto realizamos una simulación completa, tal como será el día del lanzamiento, con los equipos de CONAE e INVAP y los ingenieros de Space X”, indicó Raúl Kulichevsky, Director Ejecutivo y Técnico de la CONAE.
El lanzamiento estaba programado originalmente para marzo de este año. Pero la pandemia de covid-19 obligó a postergar la fecha para ponerlo en órbita a julio. Una vez más hubo cambio de planes, esta vez por los intereses y agenda de la NASA. Finalmente, se fijó el 28 de agosto como fecha de lanzamiento y sólo el mal clima obligaría a una nueva postergación.
El despegue del Falcon 9 desde Cabo Cañaveral, Estados Unidos, que llevará al SAOCOM 1B a su órbita polar, será un hecho histórico. Lo televisará la Televisión Pública y podrá verse en todo el país. Además, SpaceX también realizará una transmisión a través de YouTube.
El SAOCOM 1B es un orgullo para la ciencia argentina, con un desarrollo 80% nacional y la última tecnología en radares de apertura sintética, también de desarrollo argentino. Según destacó el ministro Salvarezza, sólo Japón tiene un satélite similar para el uso civil.
“Este satélite pesa 3 toneladas, tiene 4 metros de altura, una plataforma de servicio, donde está toda la parte electrónica. Después se despliega una antena de radar de 35 m2 que es la parte observacional. Observa con un radar que emite microondas en la banda L; y después tiene los paneles solares que son otros 13 m2, que alimentan de energía al satélite durante su vida útil”, detalló Salvarezza.
Costó alrededor de U$D 150 millones, de una inversión total de U$D 600 millones para la creación de los dos satélites que conforman la constelación. Su mellizo, el SAOCOM 1A está en órbita desde 2018.
La mayor parte de su fabricación estuvo a cargo de INVAP, la empresa nacional de alta tecnología con sede en Bariloche que también construyó la serie de satélites SAC y ARSAT, además de la creación de reactores nucleares y radares, entre otros proyectos que ponen a Argentina entre los principales países en términos de ciencia y tecnología.
También fueron parte del desarrollo la empresa VENG S.A., La Comisión Nacional de Energía Atómica y un orgullo local: El labotratorio GEMA de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), además de otras 70 empresas de base tecnológica e instituciones, la mayoría de ellas pymes nacionales.
Los científicos del INVAP celebran luego de concluír con éxito las últimas pruebas antes del lanzamiento
La tecnología satelital pone a la ciencia argentina en el primer plano a nivel mundial. Después de lo que será el lanzamiento y puesta en funcionamiento del SAOCOM 1B, desde el Ministerio de Ciencia y Tecnología pensarán en los nuevos proyectos: El más avanzado es el satélite SABIA-Mar, una coproducción con Brasil para recoger datos oceánicos. Pero, si el presupuesto acompaña, también se espera avanzar con el ARSAT 3, para continuar con el desarrollo de las telecomunicaciones, y un "satélite latinoamericano" que se construiría en nuestro país, con inversiones conjuntas de los países de la CELAC a través del Banco Interamericano de Desarrollo.