Uno de los puntos más novedosos y polémicos del proyecto de reforma laboral que impulsa el Gobierno tiene que ver con la modificación del régimen de jornada de trabajo. La iniciativa busca habilitar el reemplazo del tradicional pago de horas extra por un sistema de "banco de horas". Actualmente, la ley establece que el trabajo que exceda la jornada legal debe abonarse con un recargo del 50% en días hábiles y del 100% en fines de semana o feriados. La nueva propuesta pretende flexibilizar esta estructura, permitiendo que las empresas y los sindicatos acuerden mecanismos de compensación horaria en lugar de la retribución económica inmediata.
El funcionamiento del "banco de horas" implica que las horas trabajadas por encima del horario habitual se acumulen en una "cuenta" a favor del empleado. En lugar de cobrarlas a fin de mes, esas horas se utilizarían posteriormente para reducir la jornada laboral en días de menor actividad o para sumar días de licencia y vacaciones. De esta manera, el promedio de horas trabajadas se calcularía en un período más extenso (por ejemplo, semestral o anual), permitiendo a las compañías adaptar sus recursos humanos a los picos de demanda o producción estacional sin incurrir en mayores costos laborales.
Es importante destacar que esta modalidad no sería de aplicación automática y unilateral por parte del empleador, sino que deberá ser negociada y homologada dentro de los Convenios Colectivos de Trabajo de cada actividad. El texto del proyecto establece que los gremios y las cámaras empresarias serán los encargados de definir los plazos y las condiciones específicas para la devolución de esas horas acumuladas. Este sistema se inspira en modelos de flexibilidad que ya se aplican en varios países de Europa y en convenios puntuales de la industria local, como el automotriz.
Sin embargo, la medida ha despertado alertas y resistencia en el ámbito sindical. La principal preocupación radica en el impacto directo que esto podría tener en el bolsillo de los trabajadores, ya que para muchos empleados las horas extra representan un componente fundamental de su salario mensual que les permite cubrir sus gastos básicos. Al canjear dinero extra por tiempo libre futuro, se eliminaría ese ingreso adicional, lo que podría derivar en una pérdida del poder adquisitivo real en el corto plazo, transformando a este artículo en uno de los ejes de mayor discusión en el inminente debate parlamentario.