La espera terminó y la Selección Argentina ya conoce su destino para la próxima Copa del Mundo. El sorteo realizado por la FIFA definió que el equipo dirigido por Lionel Scaloni encabezará su grupo y tendrá una logística de viajes que exigirá traslados importantes dentro de los Estados Unidos. El debut y el tercer partido tendrán lugar en el centro del país, específicamente en las ciudades de Kansas City y Dallas, mientras que el segundo encuentro obligará al plantel a trasladarse hacia la costa oeste para jugar en San Francisco, configurando una primera fase con mucha carga de millas aéreas pero en estadios de primer nivel.
El análisis del cuadro revela un camino que, a priori, permite ser optimistas en la fase inicial, pero que podría complicarse exponencialmente a partir de las rondas de eliminación directa. Al tratarse del primer Mundial con 48 equipos, se incorpora la instancia de 16avos de final, lo que agrega un partido extra al recorrido hacia la gloria. Si Argentina logra clasificar primera en su zona —el escenario ideal para el que se prepara el cuerpo técnico—, el fixture proyecta cruces teóricamente accesibles en las primeras llaves, evitando a las grandes potencias europeas hasta unos hipotéticos cuartos de final o semifinales, donde podrían reeditarse clásicos históricos.
Con el calendario en mano, el cuerpo técnico ya comienza a planificar la logística fina de campamentos base, entrenamientos y descansos, un factor vital en un torneo que se jugará bajo las altas temperaturas del verano norteamericano y con grandes distancias entre sedes. El objetivo final está puesto en el partido decisivo del 19 de julio, donde la "Albiceleste" sueña con estar presente para defender la corona obtenida en Qatar y buscar el histórico bicampeonato. El fixture está planteado; ahora solo resta que empiece a rodar la pelota.